De poco comer, poco dormir y mucho trabajar, Anselmo Labrador iba escaso de salud.
Y el médico le dijo:
-Anselmo, estás enfermo, has de tomarte la medicina: comer más, dormir más y trabajar menos:
Y Anselmo le contesto:
-Señor médico, usted sabe que estas medicinas son muy caras, yo soy pobre, y no las puedo pagar.
Y ocurrió lo que ocurrió. Al cabo de un tiempo, no mucho, sin tomar las medicinas que el médico le había recetado, Anselmo Labrador empeoró, empeoró todavía más y, al final, murió absolutamente desnutrido, absolutamente agotado.
Por no haber tomado las medicinas que el médico le había recetado.