08 septiembre 2025

Un soldado

Era un buen muchacho.
Se alistó y se fue a la guerra.
Y en la guerra le hicieron
un agujero en la guerrera.
¿Y dónde tenía el corazón,
aquel buen muchacho?
Mira por donde, ya es casualidad:
lo tenía justo debajo 
del agujero de la guerrera.
Y con una medalla de latón
que tapaba el agujero,
el muchacho regresó al pueblo
en una caja de madera.

03 septiembre 2025

En la guerra

En la guerra comíamos hambre,
bebíamos miedo y dormíamos insomnio.
De día y de noche, esperábamos la visita
del terror, las bombas y el fuego.
Luego, sepultábamos a los muertos.
Ya no nos acordábamos, de la esperanza:
hacía tiempo que también estaba enterrada.

17 agosto 2025

El alma de un pecador

El alma de un pecador fue al infierno,
para sufrir allí eternamente
a causa de sus pecados.
Pero entonces ocurrió algo imprevisto:
el alma cogió un virus y se murió.
Cuando Dios se enteró,
furioso, lo remedió en seguida:
resucitó aquella alma pecadora,
para que así pudiera seguir
sufriendo eternamente 
a causa de sus pecados.
Tal como estaba previsto
en el Plan Divino de Dios.

04 agosto 2025

Presumilda

Presumilda cada día
consulta en internet
las medidas actualizadas
de la chica ideal.

Se mide la cintura,
se observa la barriga,
el volumen y la firmeza de los pechos.
Mira también atentamente
el brillo y el corte de sus cabellos,
su cutis, sus manos, sus uñas,
el dibujo y la turgencia de los labios,
el perfil de los ojos, 
de las pestañas y las cejas.
Y el culo: el pompis, el trasero.

Todo lo compara con los valores 
de la tabla actualizada.
Y si se ha desviado de los valores ideales, sufre.

Se entristece, y para sobrellevar la tristeza,
se toma un ansiolítico y un antidepresivo.

02 abril 2025

Melindro Peris y Clotilde Mencheta

El lunes Melindro va al médico.
El martes Melindro va al médico.
El miércoles Melindro va al médico.
El jueves Melindro va al médico.
El viernes Melindro va al médico.

El sábado y el domingo, Melindro Peris descansa de tanto ajetreo médico semanal. Descansa, reposa. Para luego, el lunes siguiente, con fuerzas renovadas, reiniciar su maratón semanal de médicos y tratamientos. Cada semana igual: los laborables, médicos y hospitales, y los festivos descanso.

Y siempre, laborables y festivos, las quejas. Largas, larguísimas ristras de quejas. Interminables. Porque claro, con tantos médicos, tantos hospitales y tantos tratamientos, siempre surgen posibilidades de quejarse, y hay que aprovecharlas.

Melindro tiene un saco lleno de años, y de enfermedades. Está enfermo, muy enfermo. Y él lo sabe, excepto cuando sueña sueños imposibles. Cuando sueña, por ejemplo, algún milagro como los de Lourdes o Fátima. Pero a pesar del deseo, el milagro no llega. Solo llegan más averías. Porque los años sumados no se pueden restar, y con su acumulación, las averías lo único que pueden hacer es seguir multiplicándose: lo malo se sigue multiplicando, y lo bueno dividiendo. 

No obstante, él, Melindro Peris, a pesar de estas imparables multiplicaciones y divisiones, se apega a la vida con todas sus fuerzas: con todos los pegamentos y colas, con uñas y dientes, con manos y pies, garfios y ventosas... 

Porque Melindro Peris, aunque esté hecho una auténtica y absoluta calamidad, no se quiere marchar de este mundo. Él, tozudo, venga, ¡a sobrevivir! Aunque su supervivencia sea no ya lamentable, sino peor que lamentable. Y además lo dice: "Con esta vida horrible que me toca vivir, sin ninguna satisfacción, ya lo ves, no tengo ningún motivo para estar contento". 

Pero a pesar de lo que dice, se agarra a la vida como un poseso.

Por otro lado, sobrevivir tiene un coste. Melindro Peris es como un sifón: un sifón industrial de horas de médicos, de medicinas, de tratamientos... Su amiga Clotilde Mencheta piensa que todo ha de tener una medida, y que Melindro, su amigo Melindro Peris, hace mucho que vive del todo desmedido. Clotilde, por gusto, le pegaría un tiro a su amigo Melindro Peris. Un tiro, y asunto resuelto.

El problema es que Clotilde no tiene pistola, de modo que no le puede pegar un tiro. No tiene ni pistola ni escopeta. Y además, si tuviera pistola o escopeta y le pegara un tiro a Melindro, a ella la meterían en la cárcel. Por asesina. Aunque hubiera hecho una buena obra, en beneficio de la comunidad. La meterían en la cárcel. 

Nadie le agradecería su buena acción. Nadie, aunque muchas personas pensaran como ella, que ya era hora de que alguien le pegara un tiro a Melindro Peris. 

Así, que nada de pistolas. Ni de escopetas. Solo paciencia. Mucha paciencia. Y si se  termina la paciencia, pues otro vaso de paciencia, o cubo, o piscina.

 

11 mayo 2024

Olga, Marcos, Jacobo, Leonor e Irene


Olga caza moscas, las pinta de distintos colores y, luego, clavándolas en un corcho con alfileres, crea con las moscas coloreadas y ensartadas hermosos dibujos.

Marcos hace maquetas de torreseifels con palillos encolados. Cuando las termina, las guarda alineadas en una sala de su casa dedicada exclusivamente a este cometido.

Jacobo no fuma, pero recoge colillas. Y las de cada día las mete en una lata nueva, a la cual le pone la fecha correspondiente. Hace quince años que se dedica a ello, no ha fallado ni un día.

Leonor se entrena para hacer eructos de distintas sonoridades, y luego hace demostraciones de sus habilidades.

Irene se ha inventado un idioma que solo tiene vocales, ahora está escribiendo el diccionario y la gramática. Es ya el quinto idioma que se inventa.

Olga, Marcos, Jacobo, Leonor e Irene tienen un objetivo en la vida. Gracias a ello, se sienten personas realizadas.

13 abril 2024

Las alambradas

"El capitalismo es tan injusto que sólo hay cementerios para perros ricos." Eduardo Mazo (Autorizado a vivir, 1981, autoedición)

Después de la aprobación de la nueva ley sobre Calidad Alimentaria Animal, los fabricantes de alimentos para perros y gatos se han esmerado para conseguir productos cada vez mejores: más sabrosos, más saludables, más nutritivos, y con un mayor contenido en proteínas de alta calidad. A los perros y a los gatos les encantan. Mientras, los habitantes de los suburbios siguen viviendo mal alimentados y hambrientos. Y cuando se han enterado de la nueva gama de comidas para mascotas, han organizado asaltos por sorpresa a las tiendas de comida para perros. Han dicho que, para ellos, es una cuestión de supervivencia: necesitan estos aportes de proteínas. Los dueños de las mascotas, naturalmente, han protestado. Han dicho que los asaltos a las tiendas, al dejarlas desabastecidas, ponen en peligro la salud de sus queridos animales de compañía. Y las quejas han llegado a la alcaldía. El alcalde, entendiendo las razones de los dueños de las mascotas (el mismo tiene dos perros y tres gatos), ha convocado una reunión de urgencia con el jefe de policía. Y como primera medida, han acordado construir una alambrada para impedir el paso desde los barrios periféricos al centro de la ciudad. Porque es del todo intolerable, han dicho, que los habitantes de los suburbios tengan la osadía y la desfachatez de llevarse las latas, las galletas y los sacos de pienso elaborados para los animales de compañía. Lo han subrayado: los animales de compañía también tienen sus derechos: la nueva ley lo dice claramente. Y hay que respetar siempre la ley. Reconocen, eso sí, que el asunto del hambre de parte de la población es un tema importante, por lo que, en algún momento, habrá que afrontarlo. Pero de manera ordenada, sin prisas y con las pausas necesarias: estudiando a fondo el problema y realizando los estudios previos pertinentes. En los barrios periféricos, han empezado a aprovisionarse de alicates para cortar las alambradas.