La sonda espacial Explorator 3000, lanzada con la finalidad de detectar indicios de vida en otras galaxias, ha enviado datos sorprendentes que permiten especular sobre la posible existencia de alguna forma de vida en una zona remota del universo hasta ahora inexplorada.
Los datos recibidos, procesados con la ayuda de potentes computadoras equipadas con Tecnología Cuántica e Inteligencia Artificial, han permitido la reconstrucción de imágenes fotográficas de la zona explorada. En las imágenes, aparecen formas con un sorprendente parecido con figuras humanas. El análisis de las radiaciones que emiten estas curiosas formas plantea la posibilidad de que, en un momento remoto de la historia del universo, hubieran podido albergar algún tipo de vida.
Además, al ampliar posteriormente el área observada, la sonda ha detectado otras formas similares, de contornos parecidos, y con los mismos indicios de, en tiempos pretéritos, haber albergado, quizá, algún tipo de vida, sin que de momento sea posible hacer especulaciones acerca de qué tipo de vida en concreto habría sido, aeróbica, anaeróbica, etc.
Cuando los científicos a cargo del programa de exploración intergaláctico han sido requeridos para que precisaran, con mayor exactitud, el lugar del universo donde se había producido el impactante hallazgo, han dicho que, de momento, con los datos disponibles, eran difíciles mayores concreciones. Pero que algunos indicios apuntaban a que quizá se tratara de la lejana galaxia "Sahara", atravesada por las rutas de migrantes que se dirigen al norte, sembradas de cadáveres a causa de la sed, el hambre y la crueldad de las mafias que controlan las rutas.